miércoles, 18 de marzo de 2009
viernes, 13 de marzo de 2009
Hijas de la Caridad... Ven y sígueme

Se dice que una puerta abierta es una oportunidad para la esperanza. Eso es lo que pretenden las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, dar un rayo de luz a las jóvenes que se preguntan por el sentido de sus vidas o aquellas que están intesadas en conocer mejor su estilo de vida. Bajo el lema Vive dentro de Tí, las Hijas de la Caridad organizarán unas jornadas de puertas abiertas del 17 al 19 de Abril en la Casa Provincial Santa Luisa (Madrid). Se trata de un encuentro vocacional en el que se profundizará sobre la riqueza que encierra el estilo de vida de Hija de la Caridad. Además se contará con la experiencia de otras jóvenes, las postulantes, que han optado por servir al pobre desde una vida en fraternidad. Si quieres participar de este evento inscríbete antes del 13 de abril llamando al teléfono 967 33 61 61. Para más información contactar con Sor Mª del Carmen en la siguiente dirección: mcro-hc@hotmal.com.
Señor, Perdónanos
Perdón!!!
A veces no queda más que pedir perdón por tantas tragedias. Incluso aunque yo no sea causante. Incluso aunque soy contrario a la violencia, a la guerra, a los abusos, a tantas cosas... sólo me queda pedir perdón. Tal vez por sentirme parte de una humanidad fragmentada y confusa. Ante la guerra recién estallada, esta semana nuestra reflexión quiere ser una oración sencilla, un lamento conjunto, un grito contenido, una disculpa... Pedimos perdón a Dios desde una cierta solidaridad con la humanidad, también en el fracaso. El sueño roto de la paz, la quimera del entendimiento de los pueblos, la idea grande de desarrollo, el valor olvidado de la justicia, todo ello se ve perdido entre gritos de guerra, intereses económicos, medios de comunicación oportunistas... No es el fracaso de unos pocos. Es un fracaso global. Y por eso pedimos perdón.
Perdón por tantas víctimas inocentes. Por sus muertes anónimas, por sus llantos ahogados por el ruido. Por su inocencia atravesada. ...Y perdón por mi despreocupación, mis cegueras ante el dolor ajeno, mis victimismos inapropiados.
Perdón por el fracaso de la palabra, del diálogo, de la escucha. Por todos los conflictos que se podrían evitar con la verdad, con palabras claras, con una actitud honesta.... Y perdón por mis propios silencios, mis miedos, mis verdades a medias, mis faltas de valor para hablar, preguntar, pedir, decir.
Perdón por las bombas inteligentes, y por el talento humano encaminado en direcciones equivocadas, para crear monstruos en lugar de herramientas que ayuden al desarrollo de la humanidad.... Y perdón por todas las oportunidades que dejo pasar sin hacer que, por mi causa, el mundo sea un lugar mejor. Por los talentos desperdiciados, por la energía perdida en causas idiotas.
Perdón por la falta de ideas. Por la impotencia para encontrar soluciones. Por las estructuras tan inmensas que resultan incomprensibles. Por las barreras infranqueables, las trampas de la economía.... Y perdón por el escepticismo con que a veces me refugio en una burbuja: "no se puede hacer nada", "no hay solución", "la culpa es de otros...". "¿De qué sirve manifestarse?"
Perdón por un mundo en el que la tragedia ha de ser muy grande para llamar la atención, porque ya nos vamos acostumbrando a todo; y por que los muertos han de contarse por decenas de miles para impresionar.... y por las veces en que cambio de canal, hastiado de tanta tragedia, buscando un rostro amable, una risa fácil, el olvido cómodo.
Perdón por demasiados problemas cotidianos que no nos dejan ver lo que es grande, justo, bueno, válido, creíble, deseable.... y por mis luchas pequeñas que se magnifican hasta tapar la perspectiva de un mundo mucho más amplio
jueves, 12 de marzo de 2009
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