Señor Jesús, Tú nos dijiste:
“la mies es abundante
y los obreros pocos,
rogad al dueño de la mies
que envíe obreros…”
A Ti acudimos hoy.
Nuestro mundo está necesitado
de jóvenes
que sintiendo tu llamada,
sean valientes y generosas
y entreguen sus vidas
por amor a Ti y a los hermanos.
Necesitamos contar
con mensajeros de esperanza
y testigos de tu amor,
que manifiesten en nuestro mundo
la Misericordia de tu Corazón
entre los jóvenes y los niños,
los ancianos y enfermos,
con este Carisma que nos regalaste
en la Beata Piedad de la Cruz.
Te damos gracias, Señor,
por tu llamada personal a desarrollar
una vocación de servicio humilde.
Te pedimos nos concedas
vivir de tal modo,
que nuestro testimonio
como consagradas
sea fuente de esperanza y aliente,
nuevas vocaciones
en la Congregación.
Haz que las jóvenes
que sientan esta vocación,
sean audaces
para seguirte con pasión
y generosas para serte fieles.
María,
modelo de entrega y fidelidad,
a Ti que eres
la primera consagrada del Padre,
confiamos a las jóvenes que eligen
pertenecer totalmente al Señor
como Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús.
AMÉN.
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