sábado, 3 de julio de 2010

5º ANIVERSARIO ORDENACION SACERDOTAL

Doy Gracias a Dios esta mañana al celebrar el 6º aniversario de la ordenación de diácono y el 5º de la ordenación de presbítero. Ha sido un Don de Dios, concedido en medio de la debilidad y fragilidad de mi pobre persona, pero un Don por el cual estoy eternamente agradecido. Gracias a todas las personas que habéis rezado por mi en estos 5 años y Gracias a los dos comunidades parroquiales a las que he servido: la Asunción de Alcantarilla y Santa Bárbara de Archivel. Que el Señor nos conceda a todos seguir creciendo a amor e intimidad con ÉL, que es Camino, Verdad, y Vida, Buen Pastor que nos carga sobre sus hombros y nos conduce a verdes praderas. 

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GRACIAS, SEÑOR!

Por aquellas promesas que Tú en mí, has ido dando forma y llevando a la realidad.

Por aquel cuerpo mío que, rostro en tierra, se ofrecía, con toda mi juventud, entero para Ti.

Por el Misterio que vino sobre mí, por aquella Unción que hoy sigue siendo el gran poder de mis manos, el bálsamo para el enfermo o la fortaleza para el que llora.

Por el cáliz donde, de una forma real y apasionante, te apuro con la emoción de la primera vez, en los momentos de alegría o de tormenta.

Por el pan que se deja acariciar, comer y repartir en abundancia a través de mis manos frágiles.

Por la Palabra que, al pronunciarla, produce en mis labios sacerdotales vértigo y temor por lo que significa e implica.

Gracias, Señor; porque –hoy como aquel 3 de julio de 2005- siento que subo al altar como hombre y, de repente, Tú me conviertes en hombre y sacerdote. Hoy, de nuevo, te lo digo y te lo repito, una y mil veces; Aquí estoy yo, envíame a mi, ¡Sacerdote para Siempre Señor! ¡Para Ti, siempre, yo seré!

Por todo, mil gracias, Señor.