viernes, 26 de marzo de 2010

Viernes de Dolores

1º Dolor La profecía de Simeón en la presentación del Niño Jesús.

Virgen María: por el dolor que sentiste cuando Simeón te anunció que una espada de dolor atravesaría tu alma, por los sufrimientos de Jesús, y ya en cierto modo te manifestó que tu participación en nuestra redención como corredentora sería a base de dolor; te acompañamos en este dolor. . . Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos hijos tuyos y sepamos imitar tus virtudes.

2º Dolor La huida a Egipto con Jesús y José.

Virgen María: por el dolor que sentiste cuando tuviste que huir precipitadamente tan lejos, pasando grandes penalidades, sobre todo al ser tu Hijo tan pequeño; al poco de nacer, ya era perseguido de muerte el que precisamente había venido a traernos vida eterna; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos huir siempre de las tentaciones del demonio.

3º Dolor La pérdida de Jesús.

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al perder a tu Hijo; tres días buscándolo angustiada; pensarías qué le habría podido ocurrir en una edad en que todavía dependía de tu cuidado y de San José; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que los jóvenes no se pierdan por malos caminos.

4º Dolor El encuentro de Jesús con la cruz a cuestas camino del calvario.

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas, llevando el instrumento de su propio suplicio de muerte; Él, que era creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan grande de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, después de haber sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo verdadero Rey de reyes, coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún mayor sería el dolor espiritual por ser una burla y una humillación tan grande; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos vasallos de tan gran Rey y sepamos ser humildes como Él lo fue.

5º Dolor La crucifixión y la agonía de Jesús.

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su pasión; Tú misma también te sentirías morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.

6º Dolor La lanzada y el recibir en brazos a Jesús ya muerto.

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la lanzada que dieron en el corazón de tu Hijo; sentirías como si la hubieran dado en tu propio corazón; el Corazón Divino, símbolo del gran amor que Jesús tuvo ya no solamente a Ti como Madre, sino también a nosotros por quienes dio la vida; y Tú, que habías tenido en tus brazos a tu Hijo sonriente y lleno de bondad, ahora te lo devolvían muerto, víctima de la maldad de algunos hombres y también víctima de nuestros pecados; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesús como El nos amo.

7º Dolor El entierro de Jesús y la soledad de María.

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al enterrar a tu Hijo; El, que era creador, dueño y señor de todo el universo, era enterrado en tierra; llevó su humillación hasta el último momento; y aunque Tú supieras que al tercer día resucitaría, el trance de la muerte era real; te quitaron a Jesús por la muerte más injusta que se haya podido dar en todo el mundo en todos los siglos; siendo la suprema inocencia y la bondad infinita, fue torturado y muerto con la muerte más ignominiosa; tan caro pagó nuestro rescate por nuestros pecados; y Tú, Madre nuestra adoptiva y corredentora, le acompañaste en todos sus sufrimientos: y ahora te quedaste sola, llena de aflicción; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, concédenos a cada uno de nosotros la gracia particular que te pedimos…

miércoles, 17 de marzo de 2010

Convertir el pensamiento

¿Eres de los que piensan en el Señor o, por el contrario, es de aquellos que piensan en todo menos en El? La cuaresma es una constante lluvia de gracia para que, el hombre, vuelva su pensamiento hacia Aquel que tanto nos ama: Jesús. ¿En qué piensas? Tu pensamiento te dice hacia dónde va tu vida.

-Pensamiento

martes, 16 de marzo de 2010

LUGARES PARA CONVERTIRSE. El corazón

No intentes cambiar tanto lo externo, que a veces es fácil, cuanto tu vida interior. Es en los cimientos, en aquello que no se ve, donde se sustenta la grandeza, el peso y la belleza de un edificio. ¿Dónde tienes tú corazón? ¿Hacia dónde está inclinado? ¿Es tu tesoro Dios? ¿Se resiste a lo humano o a lo divino? ¡Piénsalo!

corazon

lunes, 15 de marzo de 2010

El paso de la Iglesia

Vivir este tiempo como asamblea santa, alrededor del altar, contemplando la cruz y bajo la sabia tutela de la Iglesia, nos enriquece en el espíritu de la comunión eclesial. Del costado de Cristo nació su Iglesia. Oremos por ella, la defendamos y trabajemos con ella.

IMG_0417

viernes, 12 de marzo de 2010

martes, 9 de marzo de 2010

El paso de la abstinencia

Una alianza, en las manos de los contrayentes, les recuerda permanentemente que son el uno del otro. La abstinencia de carne, los viernes de cuaresma, el ayuno el miércoles de Ceniza o en viernes Santo, nos recuerda que somos miembros del Cuerpo de Cristo. Que lo tenemos presente en nuestras comidas y en nuestras familias.

 

a

jueves, 4 de marzo de 2010

El paso de la Fe

Una fe que no se cultiva es un barco a la deriva. Es un campo que, aunque sembrado con mimo, el viento, el sol o las tormentas, pueden arruinar la cosecha. La cuaresma es un buen abono para fortalecer, cuidar y preservar la fe en Cristo. La Eucaristía diaria te ayudará.el grano de trigo muere para dar vida

miércoles, 3 de marzo de 2010

El paso de la penitencia

Tener de todo no es sinónimo de “tenerlo todo”. La avaricia o el egoísmo nos han llevado, en parte, a una situación de crisis o de desesperanza general. La cuaresma nos ayuda a situar las cosas en su justo lugar y, al hombre, por encima de todo. Es tiempo de rezar por los que, en este tiempo de crisis, están sufriendo la cruz del paro, la pobreza, la ansiedad o la falta de medios económicos.0011

martes, 2 de marzo de 2010

Sólo por hoy…

  1. Sólo por hoy, trataré de hacer frente a lo de este día, sin querer resolver los problemas de mi vida, todos de una vez.
  2. Sólo por hoy, tendré mucho cuidado con mi educación: cortés en mis modales, sin criticar a nadie y sin pretender corregir a los demás, sino sólo a mí mismo.
  3. Sólo por hoy, trataré de ser feliz, sin ‘picarme’ con los demás cuando creo que me atacan.
  4. Sólo por hoy, trataré de adaptarme a las circunstancias sin pretender que las circunstancias se adapten en cada momento a mis gustos y deseos.
  5. Sólo por hoy, dedicaré un tiempo al libro que estoy leyendo; porque, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la lectura es necesaria para alimentar el alma. La tele puede esperar.
  6. Sólo por hoy, haré una buena acción y no lo diré a nadie: la verdadera generosidad no busca nada a cambio.
  7. Sólo por hoy, haré al menos una cosa de las que no me gusta hacer. A ver qué tal me siento.
  8. Sólo por hoy, me haré un plan de trabajo: Quizá no lo cumpla del todo, pero lo escribiré, y evitaré dos desastres: las prisas, y el dejar lo que tengo que hacer para luego.
  9. Sólo por hoy, creeré firmemente que Dios me quiere y se ocupa de mí como si nadie más existiera en el mundo.
  10. Sólo por hoy, no tendré miedo. Especialmente no tendré miedo a disfrutar de lo que es bello y a creer en la bondad.

El paso de la reconciliación

La falta de perdón es exponente de debilidad en la fe. El rencor, entre otras cosas, frena y condiciona nuestra felicidad. Levanta delante de nosotros muros que nos impiden ver a las personas como amigos o como hermanos.

images

lunes, 1 de marzo de 2010

El paso de la Gracia

No estamos solos. ¡Dios existe! Nos lo dice el corazón; el testimonio de tantos miles de hombres y mujeres que se han dejado y se dejan guiar por la presencia misteriosa de Dios. ¡Ábrete a su gracia! ¡Disfruta sin dejar de ser cristiano!

0082